Santos: Juan de Dios, fundador y Veremundo de Irache, abad Beato Faustino Miguez, fundador. Feria (Morado)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 83, 3)

Mi alma desfallece y suspira por los atrios del Señor; mi corazón y todo mi ser se han regocijado en el Dios vivo.

ORACIÓN COLECTA

Señor, que tu continua misericordia purifique a tu Iglesia y la proteja; y ya que sin ti no puede encontrar la salvación, dirígela siempre con tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del segundo libro de los Reyes: 5, 1-15

En aquellos días, Naamán, general del ejército de Siria, gozaba de la estima y del favor de su rey, pues por su medio había dado el Señor la victoria a Siria. Pero este gran guerrero era leproso.
Sucedió que una banda de sirios, en una de sus correrías, trajo cautiva a una jovencita, que pasó luego al servicio de la mujer de Naamán. Ella le dijo a su señora: "Si mi señor fuera a ver al profeta que hay en Samaria, ciertamente él lo curaría de su lepra".
Entonces fue Naamán a contarle al rey, su señor: "Esto y esto dice la muchacha israelita". El rey de Siria le respondió: "Anda, pues, que yo te daré una carta para el rey de Israel". Naamán se puso en camino, llevando de regalo diez barras de plata, seis mil monedas de oro diez vestidos nuevos y una carta para el rey de Israel que decía: "Al recibir ésta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán, para que lo cures de la lepra".
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras exclamando: "¿Soy yo acaso Dios, capaz de dar vida o muerte, para que éste me pida que cure a un hombre de su lepra? Es evidente que lo que anda buscando es un pretexto para hacerme la guerra". Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le envió este recado: "¿Por qué rasgaste tus vestiduras? Envíamelo y sabrá que hay un profeta en Israel". Llegó, pues, Naamán con sus caballos y su carroza, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. Este le mandó decir con un mensajero: "Ve y báñate siete veces en el río Jordán, y tu carne quedará limpia". Naamán se alejó enojado, diciendo: "Yo había pensado que saldría en persona a mi encuentro y que, invocando el nombre del Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me curaría de la lepra. ¿Acaso los ríos de Damasco, como el Abaná y el Farfar, no valen más que todas las aguas de Israel? ¿No podría bañarme en ellos y quedar limpio?". Dio media vuelta y ya se marchaba, furioso, cuando sus criados se acercaron a él y le dijeron: "Padre mío, si el profeta te hubiera mandado una cosa muy difícil, ciertamente la habrías hecho; cuanto más, si sólo te dijo que te bañaras y quedarías sano". Entonces Naamán bajó, se bañó siete veces en el Jordán, como le había dicho el hombre de Dios, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva a donde estaba el hombre de Dios y se le presentó, diciendo: "Ahora sé que no hay más Dios que el de Israel". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Naamán se desconsuela ante el escueto recibimiento que le dio Eliseo. Sus criados lo animan a creer. Su confianza se ve colmada cuando recupera la salud y reconoce la grandeza del Dios de Israel.

De los salmos 41 y 42 R/. Estoy sediento del Dios que da la vida.
Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo? R/.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas. R/.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara. R/.


ACLAMACIÓN (Sal 129, 5. 7) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Confío en el Señor y en sus palabras, porque del Señor viene la misericordia y la redención. R/.


Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 4, 24-30

En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al pueblo:
"Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria". Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñado. Pero Él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


La tentación provinciana de querer adueñarnos de Dios sigue presente en los creyentes Dios no puede ser utilizado como una franquicia administrada por nadie. Él es el Padre que ama a todos sus hijos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor esta ofrenda que te presentamos como signo de nuestra entrega a ti y conviértela en el sacramento que ha de darnos la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Cuaresma.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 116, 1-2)

Alaben al Señor todas las naciones, aclámenlo todos los pueblos, porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que el sacramento que hemos recibido nos purifique, Señor, y realice nuestra unidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
misa Domingo 7 Marzo 2010
III DOMINGO DE CUARESMA

Santos: Perpetua y Felicitas de Roma, mártires y Pablo el Sencillo de la anacoreta. Beato Juan Larke y compañeros, mártires. (Morado)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 24, 15-16)

Tengo los ojos puestos en el Señor, porque Él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios misericordioso, fuente de toda bondad, que nos has propuesto como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia, mira con piedad a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por nuestras culpas, y reconfórtanos con tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro del Éxodo: 3, 1-8. 13-15

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más allá del desierto, hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés observó con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se dijo: "Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué la zarza no se quema".
Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar, lo llamó desde la zarza: "¡Moisés, Moisés!". Él respondió: "Aquí estoy". Le dijo Dios: "¡No te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra sagrada". Y añadió: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob". Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Pero el Señor le dijo: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores y conozco bien sus sufrimientos. He descendido para librar a mi pueblo de la opresión de los egipcios, para sacarlo de aquellas tierras y llevarlo a una tierra buena y espaciosa, una tierra que mana leche y miel".
Moisés le dijo a Dios: "Está bien. Me presentaré a los hijos de Israel y les diré: 'El Dios de sus padres me envía a ustedes'; pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?".
Dios le contestó a Moisés: "Mi nombre es Yo-soy"; y añadió: "Esto les dirás a los israelitas: 'Yo-soy me envía a ustedes'. También les dirás: 'El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a ustedes'. Éste es mi nombre para siempre. Con este nombre me han de recordar de generación en generación". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Dios sigue de cerca las tribulaciones de los hijos de Israel. Ellos tuvieron razón en clamar al Señor. Dios escucha su queja y se decide a enviar a Moisés para que los libere de sus opresores.

Del salmo 102 R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; Él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su bondad, y sus prodigios al pueblo de Israel. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonan Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia. R/.


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 10, 1-6. 10-12

Hermanos: No quiero que olviden que en el desierto nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, todos cruzaron el mar Rojo y todos se sometieron a Moisés, por una especie de bautismo en la nube y en el mar. Todos comieron el mismo alimento milagroso y todos bebieron de la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo. Sin embargo, la mayoría de ellos desagradaron a Dios y murieron en el desierto.
Todo esto sucedió como advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas como ellos lo hicieron. No murmuren ustedes como algunos de ellos murmuraron y perecieron a manos del ángel exterminador. Todas estas cosas les sucedieron a nuestros antepasados como un ejemplo para nosotros y fueron puestas en las Escrituras como advertencia para los que vivimos en los últimos tiempos. Así pues, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


La historia de salvación de nuestros antepasados no está del todo cerrada. Es un espejo lúcido que nos alecciona para descubrir nuestros aciertos, nuestras faltas y nuestras rebeldías.

ACLAMACIÓN (Mt 4, 17) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Conviértanse, dice el Señor, porque ya está cerca el Reino de los cielos. R/.


Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 13, 1-9

En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato habla mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo este comentario: "¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante".
Entonces les dijo esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: 'Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?'. El viñador le contestó: 'Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré' ". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Este episodio ejemplar nos alerta a "no dormirnos en nuestros laureles". Quien vive atento a los signos de los tiempos, sabe reconocer los llamados urgentes que Dios le dirige constantemente.

Credo

ORACIÓN UNIVERSAL

Confiando en el Señor, compasivo y misericordioso, le encomendamos nuestros anhelos. Unámonos a las peticiones diciendo (cantando): Kyrie, eléison.
Por la Iglesia: que el Señor la purifique, le conceda el don de la unidad y la alegría de la Pascua. Kyrie, eléison.
Por los gobernantes de todo el mundo, en especial los de nuestro país: que hagan que la paz y la concordia sean posibles, y que respeten la unidad y la justicia. Kyrie, eléison.
Por los enfermos, por los que sufren, por quienes no tienen casa ni trabajo: que nos les falte quién los ayude en sus necesidades. Kyrie, eléison.
Por todos los que han muerto: que el Señor, rico en clemencia, los acoja en su seno. Kyrie, eléison.
Por los que estamos celebrando la Eucaristía y por quienes se sienten unidos a nosotros: que el Señor nos llene de luz para poder actuar según sus enseñanzas. Kyrie, eléison.
Señor, escucha nuestra oración. Que rechacemos lo que te ofende y pongamos la felicidad de nuestro corazón en seguir tus preceptos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta Eucaristía, Señor, nos obtenga a quienes imploramos tu perdón, la gracia de saber perdonar a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de Cuaresma

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 83, 4-5)

El ave ha encontrado un refugio y la tórtola un nido donde poner a sus polluelos. Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 2

Tú que nos has alimentado, ya desde esta vida con el pan del cielo, prenda de nuestra salvación, concédenos, Señor, manifestar en todos nuestros actos el misterio de tu Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Un refrán popular sentencia que "cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar". La sentencia es una elocuente amonestación que nos anima a vivir pendientes de las llamadas y las señales que acontecen en nuestro alrededor. Un creyente tiene cierto que Dios se comunica de muchas maneras a través de los acontecimientos históricos y de los fenómenos naturales. Los clamores de nuestra polarización social y de nuestro desencanto ciudadano son cada vez más fuertes e insistentes. Tales quejas no nos habrán de sumir en la desesperanza ni en la amarga pasividad. Son llamados a que vivamos la dimensión social de la caridad. Los signos de los tiempos son aún más claros en los desajustes y trastornos que provocamos en los ciclos naturales. Sequías, huracanes y otros cambios climáticos son llamados de atención a nuestra responsabilidad como administradores de la Creación.

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Santos: Olegario de Barcelona, obispo, y Coleta Boylet o de Corbie, abadesa. Beato Jeremías de Valaquia, religioso.

Vísperas I del domingo: 3ª. semana del Salterio. Feria (Morado)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 144, 8-9)

El Señor es compasivo y misericordioso, lleno de paciencia y amor; el Señor es bueno con todos y su bondad se extiende a todas sus creaturas.

ORACIÓN COLECTA

Tú, Señor, que por medio de los sacramentos nos haces participes, ya desde este mundo, de los bienes celestiales, dirige nuestra vida y condúcenos a la luz donde habitas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro del profeta Miqueas: 7, 14-15. 18-20

Señor, Dios nuestro, pastorea a tu pueblo con tu cayado, a las ovejas de tu heredad, que permanecen aisladas en la maleza, en medio de campos feraces Pastarán en Basan y en Galaad, como en los días de antaño, como cuando salimos de Egipto y nos mostrabas tus prodigios.
¿Qué dios hay como tú, que quitas la iniquidad y pasas por alto la rebeldía de los sobrevivientes de Israel? No mantendrás por siempre tu cólera, pues te complaces en ser misericordioso.
Volverás a compadecerte de nosotros, aplastarás con tus pies nuestras iniquidades, arrojarás a lo hondo del mar nuestros delitos. Serás fiel con Jacob y compasivo con Abraham, como juraste a nuestros padres en tiempos remotos, Señor, Dios nuestro. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


El capítulo séptimo del libro de Miqueas describe la restauración futura del pueblo. El profeta confía por encima de todo en la inquebrantable e incondicionada misericordia del Dios que es fiel a sus promesas.

Del salmo 102 R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; El rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor no estará siempre enojado, ni durará para siempre su rencor. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.


ACLAMACIÓN (Lo 15, 18) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti". R/.


Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 15, 1-3.11-32
En aquel tiempo se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: "Éste recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola: "Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de la herencia que me toca'. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ''¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores'.
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echandole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo'.
Pero el padre les dijo a sus criados: “¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado'. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Este le contestó: `Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo'. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: “¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo'.
El padre repuso: 'Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado' ". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Este relato maravilloso sigue liberando su mensaje esperanzador. Nadie podrá desencantarse de si mismo, ni mucho menos desconfiar de la acogida cariñosa que Dios le ofrecerá.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por medio de este sacrificio que vamos a ofrecerte, comunícanos, Señor, los frutos de la redención para que nunca se desvíe de ti nuestra vida y podamos alcanzar los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Cuaresma.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 15, 32)

Alégrate, hijo mío, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la gracia de este sacramento llegue a lo más íntimo de nuestro corazón y nos comunique su fuerza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
misa Domingo 28 febrero 2010
II DOMINGO DE CUARESMA

Santos: Román y Lupicino de Condat, ermitaños, e Hilario I. Papa. Beato Daniel Alessio Brottier (MORADO)

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 26, 8-9)

De ti mi corazón me habla diciendo: "Busca su rostro". Tu rostro estoy buscando, Señor; no me lo escondas.

No se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libro del Génesis: 15, 5-12. 17-18

En aquellos días, Dios sacó a Abram de su casa y le dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu descendencia".
Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, le dijo: "Tráeme una ternera, una cabra y un camero, todos de tres años; una tórtola y un pichón". Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba. Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos.
De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo:
"A tus descendientes doy esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


El ritual nos resulta extraño y sobrecogedor. Sin embargo, es la forma de expresar el compromiso bilateral, suscrito entre Dios y Abrahán, de tratarse recíprocamente con Fidelidad.

Del salmo 26 R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice que te busque y buscándote estoy R/.
No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me abandones ni me dejes solo, Dios y salvador mío. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R/.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 3, 17-4, 1

Hermanos: Sean todos ustedes imitadores míos y observen la conducta de aquellos que siguen el ejemplo que les he dado a ustedes. Porque, como muchas veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando, hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro salvador, Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.
Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño: ustedes, hermanos míos amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Los enemigos de la cruz de Cristo viven aferrados u los valores mundanos que enfatizan el bienestar personal. Los ciudadanos del cielo conforman su vida con los valores del Reino.

ACLAMACIÓN (cfr Mt 17, 5) R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: "Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.


Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Lucas: 9, 28-36

En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes.
De pronto aparecieron conversando con Él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con El. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, seria bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías", sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo". Cuando cesó la voz, se quedó Jesús solo.
Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


La voz del cielo orienta a los presentes en dirección de Jesús. No basta con contemplarle extasiados y boquiabiertos. Hace falta vivir en calidad de oyente que escucha obedientemente al Hijo.

Credo.

ORACIÓN UNIVERSAL

Con el corazón en paz, oremos al Señor y pidámosle que tenga piedad de nosotros.
Después de cada petición responderemos (cantando): Kyrie, Eléison.
Por la Iglesia entera, extendida de Oriente a Occidente. Kyrie, Eléison.
Por la paz en todo el mundo, la prosperidad de todos los pueblos, y la unidad de los cristianos. Kyrie, Eléison.
Por nuestro país y por nuestros gobernantes. Kyrie, Eléison.
Para que tengamos un tiempo favorable, y la abundancia de los frutos de la tierra. Kyrie, Eléison.
Por los que están lejos de su tierra, por los prisioneros, por los enfermos, por los afligidos. Kyrie, Eléison.
Por todos los que nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía. Kyrie, Eléison.
Protégenos, Señor; sálvanos y ten piedad de nosotros. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón de nuestros pecados y nos santifique en el cuerpo y en el alma para que podamos celebrar dignamente las festividades de la Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque Cristo, nuestro Señor, después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 17, 5)

Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo, nos permites participar ya, desde este mundo, de los bienes eternos de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El evangelio de San Lucas nos lleva de la mano para que acompañemos a Jesús en su éxodo hacia Jerusalén. El camino de la liberación incluye un proceso largo lleno de paradojas y adversidades. No es fácil para los israelitas transitar por el desierto. Tampoco a Jesús le resulta llevadero recorrer el camino del amor pleno que lo convertiría en un crucificado. El escándalo resulta desmesurado para los Doce y sigue siéndolo para nosotros. Cada vez que busquemos escamotear las exigencias del seguimiento de Jesús, podríamos meditar en la escena de la transfiguración. De esa manera entenderíamos que el Padre jamás abandona a quienes le son fieles, sino que los reivindica para siempre y los hace partícipes de su gloria. La cruz no es la última palabra del Padre. Su acción decisiva emerge en la resurrección de Jesús.